Polémica por el traslado de un símbolo de Ushuaia

El proyecto de reubicar un emblemático cartel turístico en un museo, para «protegerlo del deterioro», enfrenta a las autoridades con vecinos que se resisten a perder un ícono de su identidad. Mientras se asegura que se busca preservarlo, críticos denuncian que se desvirtúa su significado original.

«El cartel fue un encargo de una de las cámaras a un artista local y se pagó. Cada vez que hay que hacerle mantenimiento, hay que cubrir pasajes, alojamientos y honorarios», explicó José Pepe Recchia, presidente entrante de la Agencia de Desarrollo. Sin embargo, aclaró: «No es sobre plata, sino sobre preservación».

«Es bellísima, ha recorrido el mundo en millones de fotos, pero queremos que perdure sin riesgos», insistió Recchia sobre la estructura, que será reemplazada por una nueva obra. Pese a sus argumentos, la resistencia ciudadana crece: «Cuando se propone un cambio, siempre hay opiniones divididas. Es normal en sociedades como la nuestra», reconoció. El cartel se exhibirá en un museo, aunque no junto a otros patrimonios, para que «dentro de 50 años la gente lo vea y recuerde a sus familiares posando allí».