Frente a una encrucijada: ¿Salmoneras en el mar o acuicultura sustentable en tierra?

El debate sobre la salmonicultura en Tierra del Fuego vuelve a encenderse, con posturas divididas entre quienes promueven la industria marina y quienes defienden modelos en tierra con menor impacto ambiental. Ángeles De la Peña, de la Fundación por el Mar, advierte que la discusión va más allá de lo económico: «No es producción versus ambientalismo, sino qué desarrollo queremos para la provincia».

«La ley 1355 ya marcó un camino: prohibir las salmoneras en el mar. El consenso es claro: no al salmón en el Beagle, la Costa Atlántica ni Península Mitre», afirmó De la Peña. Criticó los supuestos beneficios laborales de la industria, citando un estudio local que proyecta apenas entre «70 y 120 empleos por cada 6 a 9 puntos de cultivo», y alertó sobre los daños al turismo y la pesca artesanal.

Sobre las alternativas, destacó los sistemas RAS y especies nativas: «La acuicultura no es solo salmones; hay algas, mejillones y róbalos que pueden diversificar la economía sin destruir el ecosistema». Rechazó cualquier flexibilización de la ley y cerró con un llamado a pensar a largo plazo: «La salmonicultura marina es inviable. Tenemos la oportunidad de elegir otro modelo».